Sus principales funciones son dejar pasar la luz y el aire, facilitando la ventilación de la casa. Al ser aberturas hacia el exterior, las ventanas necesitan un tratamiento especial para hacerlas seguras, resistentes y aislantes, pero sin restarles belleza.

Los ojos de la casa.

Ventanas: Tipos y materiales

Que pase la luz

Pero sólo la luz. Ya que si las ventanas no están bien instaladas y acabadas, también dejaran pasar el frió, el calor… o algo peor.
Las ventanas se componen básicamente, de un vidrio sujeto a un bastidor que puede ser de madera, aluminio, hierro o PVC.

Los materiales

Aunque la madera sigue siendo muy utilizada, el aluminio y el PVC se han convertido en los materiales preferidos en la fabricación de ventanas. El motivo: son más resistentes a los fenómenos climatológicos, aíslan mejor del exterior y, además, duran más tiempo y necesitan menos mantenimiento que la madera. Si elige el hierro, debe asegurarse de que las ventanas han sido galvanizadas o bien pintarlas frecuentemente, con un producto adecuado, para evitar que se oxiden.

El grosor del vidrio

En el momento de elegir entre la amplia variedad de grosores, debe saber que cuanto mayor sea el grosor, mayor será su resistencia y su capacidad aislante.

Un diseño, una función

Los múltiples mecanismos para abrir o cerrar una ventana obedecen a diferentes funciones.

Entre los variados diseños se encuentran desde las ventanas de guillotina, cuyo origen se remonta al siglo XVIII, hasta las más modernas y comunes, las abatibles, pasando por originales ojos de buey, de inspiración marinera.

Pero al igual sucede con las puertas, las ventanas representan los puntos más débiles de la estructura de una vivienda: deben abrirse sin esfuerzo, pero ser capaces de cubrir una gran abertura.

Deben ser lo más seguras posible, pero sin renunciar a su estética.

La principal función de una ventana es permitir la entrada de luz mientras está cerrada y permitir la ventilación cuando está abierta.